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Los profesores de la Universidad Hebrea de Jerusalem aseguran que su solución casera reducirá la dependencia de los mercados internacionales para conseguir los insumos necesarios para los testeos del COVID-19.
Agencia AJN.- Mientras Israel lucha por obtener los materiales necesarios para realizar las pruebas de coronavirus, los investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalem creen haber encontrado una solución casera que reducirá la dependencia de los mercados internacionales.
“Los kits de prueba son geniales, pero se están agotando en todo el mundo”, dijo Naomi Habib, profesora del Centro de Neurociencias Edmond y Lily Safra de la Universidad Hebrea. “Nuestra solución es algo que es mayormente casero, por lo que es más fácil de conseguir y más barato que los kits”, asegura.
Habib informó que su metodología será adoptada el martes en un laboratorio de la Universidad Hebrea que procesa las pruebas para el Hospital Hadassah, y que, si es adoptada por otros laboratorios, podría ser una ayuda significativa para resolver el cuello de botella que impide aumentar el número de pruebas en Israel.
Las cifras publicadas por el Ministerio de Salud el sábado mostraron que el número de resultados de pruebas de coronavirus publicados por día continuó disminuyendo en los últimos días. Sólo 5.980 resultados fueron publicados el viernes, por debajo de la cifra máxima de casi 10.000 del 3 de abril, y lejos de la meta de 30.000 propuesta por el primer ministro Netanyahu. Esta información llegó días después de que el Ministerio de Salud revelara una escasez en los reactivos necesarios para procesar las pruebas.
Una solución, que ya se ha puesto en marcha, ha sido iniciar la producción local de estos reactivos. Sin embargo, la respuesta de la Universidad Hebrea de Jerusalem es cambiar el proceso de laboratorio para que sólo se necesiten reactivos complejos en una de las dos etapas.
Cuando las muestras llegan al laboratorio, los científicos necesitan extraer el ácido ribonucleico (ARN) para que pueda ser analizado. Hasta ahora, se han basado principalmente en kits de prueba o reactivos especialmente producidos. Pero, durante años, Habib y otro profesor, Nir Friedman, han estado usando pequeñas piezas magnéticas para extraer ARN para su investigación, tal como lo han hecho otros académicos en otras partes.
Los profesores ajustaron el proceso para el material de los hisopos, que contienen todo tipo de materia de las gargantas y narices de los pacientes y son mucho más difíciles de tratar que los materiales de investigación “muy limpios” que suelen procesar, según explicó Habib. Otro obstáculo fue que los materiales de prueba del coronavirus se colocan en químicos fuertes por razones de seguridad, y fue difícil hacer que las piezas magnéticas funcionaran a través de los químicos.
El equipo tuvo éxito, y pudo usar las cuentas para extraer el ARN y luego lavarlas y prepararlas para la segunda etapa del proceso de laboratorio. Este es el análisis del ARN, que aún requiere reactivos.
Friedman y sus colegas usaron cuentas para extraer ARN de 400 muestras que también fueron procesadas usando kits de prueba y obtuvieron resultados idénticos. También descubrieron que el método de los imanes extrajo ARN listo para el análisis varias veces más rápido que la mayoría de los otros métodos, tomando 30 minutos para 96 muestras.
Friedman, que es profesor en el Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Hebrea y en la Escuela de Ingeniería y Computación, dijo que “la idea básica se ha utilizado antes, pero hemos cambiado la composición de los líquidos, el protocolo de lavado de los imanes y el protocolo de extracción del ARN. Esto tiene que ser adaptado al ARN específico que se desea”.
“Es un avance en el sentido de que permitirá el funcionamiento sin problemas de los laboratorios en Israel si lo adoptan, pero es una parte de un conjunto de desafíos más amplios relacionados con la pandemia”, aseguró el profesor.
