Las imágenes de resonancia magnética nos dan una imagen del interior de nuestro cuerpo: órganos, huesos, nervios y tejidos blandos. Pero, ¿qué pasaría si las imágenes de resonancia magnética pudieran mostrarnos la composición molecular de las partes de nuestro cuerpo y ayudar a los médicos a determinar más rápidamente la aparición de la enfermedad y comenzar el tratamiento?
En un artículo publicado en Nature Communications, el Prof. Aviv Mezer y su equipo del Centro Edmond y Lily Safra para las Ciencias del Cerebro de la Universidad Hebrea de Jerusalem, transformaron con éxito una resonancia magnética que puede grabar cambios en la composición biológica del tejido cerebral. Esto es especialmente importante para los médicos que buscan comprender si un paciente simplemente está envejeciendo o está desarrollando una enfermedad neurodegenerativa, como el Alzheimer o el Parkinson.
“En lugar de imágenes, nuestro modelo cuantitativo de resonancia magnética proporciona información molecular sobre el tejido cerebral que estamos estudiando. Esto podría permitir a los médicos comparar escáneres cerebrales tomados con el tiempo del mismo paciente y diferenciar entre tejido cerebral sano y enfermo, sin recurrir a procedimientos invasivos o peligrosos, como las biopsias de tejido cerebral”, explicó Mezer.
Los signos externos del envejecimiento nos son familiares: canas, columna vertebral encorvada, pérdida ocasional de memoria. Sin embargo, ¿cómo sabemos si el cerebro de un paciente envejece normalmente o desarrolla una enfermedad? La respuesta se encuentra a nivel biológico. Tanto el envejecimiento normal como las enfermedades neurodegenerativas crean “huellas” biológicas en el cerebro, cambiando el contenido de lípidos y proteínas del tejido cerebral.
Mientras que las imágenes de resonancia magnética actuales solo proporcionan imágenes del cerebro humano, esta nueva técnica proporciona lecturas biológicas del tejido cerebral: la capacidad de ver lo que está sucediendo a nivel molecular y realizar el tratamiento correspondiente. “Cuando realizamos un análisis de sangre, nos muestra la cantidad exacta de glóbulos blancos en nuestro cuerpo y si esa cantidad es más alta de lo normal debido a una enfermedad. Las imágenes de resonancia magnética proporcionan imágenes del cerebro, pero no muestran cambios en la composición del cerebro humano, cambios que podrían diferenciar el envejecimiento normal de los comienzos del Alzheimer o el Parkinson”, compartió el estudiante de doctorado Shir Filo, quien trabajó en el estudio.
Mirando hacia el futuro, Mezer cree que la nueva técnica de resonancia magnética también proporcionará una comprensión crucial de cómo envejecen nuestros cerebros; “cuando escaneamos los cerebros de pacientes jóvenes y ancianos, vimos que diferentes áreas del cerebro envejecen de manera diferente. Por ejemplo, en algunas áreas de la materia blanca hay una disminución en el volumen de tejido cerebral, mientras que en la materia gris el volumen de tejido permanece constante. Sin embargo, vimos cambios importantes en la composición molecular de la materia gris en sujetos más jóvenes versus mayores”.
Todo esto es un buen augurio para los pacientes. Las resonancias magnéticas podrán distinguir los signos moleculares del envejecimiento y de enfermedades neurodegenerativas. Es más probable que los pacientes reciban diagnósticos correctos antes, adelantando el inicio de los tratamientos y manteniendo una mejor calidad de vida por más tiempo, todo a través de una técnica no invasiva.
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