Por el Rabino Marcelo Kormis
Director de Asuntos Judaicos
Asociación Consultiva Universidad Hebrea de Jerusalem, Chile
Januka-Resiliencia, identidad y esperanza
La festividad de Januka representa una celebración de renacimiento judío a lo largo de nuestra historia y el Estado de Israel ha adoptado la Menorá como su símbolo nacional. Durante ochos días, la Janukia brilla intensamente en muchos hogares judíos como símbolo de honor e identidad nacional. Januka no solo celebra un milagro histórico, sino también los valores que han sostenido al pueblo judío a lo largo de los siglos: la resiliencia frente a la adversidad, la afirmación de nuestra identidad y la esperanza en tiempos oscuros. La luz de la Janukia no es solo un recuerdo de la victoria sobre el helenismo, sino también una guía espiritual para encontrar fortaleza en nuestras propias luchas, como individuos y como comunidad.
Este mensaje también lo encontramos en la lectura de la Haftará especial que nuestros sabios eligieron para ser leída en el Shabat de Januka (Zacarías 2:14-4:7). El profeta Zacarías vivió en una época en la que los judíos pudieron regresar a Israel después de haber estado exiliados en Babilonia durante muchos años. Zacarias tuvo un papel significativo en la reconstrucción del Templo, y centró su visión en la Menorá como símbolo de la presencia de Dios, afirmando que el éxito comunitario solo se logrará a través de Su espíritu. Uno de los versículos más hermosos de su profecía transmite este mensaje de esperanza, fe y optimismo, no solo para su generación, sino también para las generaciones futuras: “No es con la fuerza ni es con el poder sino con Mi Espíritu dice el Señor de los Ejércitos (4:6)”.
En Januka, los Macabeos lograron, contra todo pronóstico, derrotar al ejército griego, liberar Jerusalén y rededicar el Santo Templo. La historia de Januka con Matitiyahu y sus hijos nos invita a reflexionar sobre el hecho de que no siempre gana el más numeroso. Siempre es bueno soñar y saber que podemos superar incluso los desafíos más complejos. Esta festividad nos invita a reconocer que la vida nos ofrece cada día muchas oportunidades para aprender, y que podemos transformar nuestras experiencias, tanto las dolorosas como las alegres, en un camino espiritual que nos acerque a la presencia de Dios en nuestra vida.
Hoy, cuando recordamos el heroísmo de los macabeos y su victoria frente a la opresión, recordamos a 100 de nuestros hermanos y hermanas que aún continúan rehenes en Gaza. Ellos, como los Macabeos, se encuentran atrapados en una lucha desigual y desgarradora. Así como los Macabeos lucharon por su libertad, por su fe y por su derecho a vivir como judíos, también rezamos y luchamos hoy para que nuestros hermanos y hermanas sean liberados de su cautiverio. La luz de las velas de Januka, que simboliza la resistencia, la esperanza y la fe, debe recordarnos nuestra responsabilidad colectiva de no olvidarlos.
En cada noche de Januka, al encender las velas, dirijamos nuestras tefilot hacia ellos. Que nuestras velas sean un símbolo de fortaleza para los rehenes y sus familias, y que iluminen el camino hacia su pronta liberación. Así como el milagro de Januka nos enseña que incluso una pequeña luz puede vencer la oscuridad más densa, confiamos en que la luz de nuestras tefilot pueda traer consuelo y esperanza a quienes más lo necesitan.
Este año los invito a no solo encender la llama de la continuidad judía en sus hogares y sinagogas, sino también a fortalecer nuestro compromiso de continuar luchando por el pronto retorno de todos aquellos que se encuentran en cautiverio y que este año tristemente no podrán encender las velas de Januka junto a sus familias.
Bebirkat Januka sameaj, Rabino Marcelo Kormis.
Comentários